tag:blogger.com,1999:blog-4250335459588168839.post7889300929155615522..comments2023-10-03T15:42:23.319+02:00Comments on Taller literario 05: Los monstruos de la razón, ejercicioTaller literario 05http://www.blogger.com/profile/06192700910111919194noreply@blogger.comBlogger5125tag:blogger.com,1999:blog-4250335459588168839.post-35388110463809378892009-03-04T12:34:00.000+01:002009-03-04T12:34:00.000+01:00Es difícil aportar algo cuando Carlos ha masticado...Es difícil aportar algo cuando Carlos ha masticado casi todo el relato. Pero bueno, al menos daré mi lectura personal que coincide con la opinión final de Maester: me parece que un buen recorte le haría ganar enteros al texto.<BR/><BR/>Resumiría, por ejemplo, la primera escena de la casa, cuando le llaman y empieza su explicación acerca de la relación con Marisa. Cuando dice que le bajó el volumen a la tele y luego que una chica hablaba sin sonido, querrá decir entonces que lo que hizo Martell fue quitarle por entero el volumen a la tele, ¿no? Esa tontería me despistó, lo confieso. Incluso volví atrás para cerciorarme.<BR/><BR/>En la comisaría no entiendo el papel del poli malo. Una vez acabado el relato sigo sin entenderlo. Fuera el poli malo.<BR/><BR/>Tampoco me gusta el razonamiento del detenido, suena a que debería haber visitado al psiquiatra bastantes veces antes de hacer eso. Menos me convence que su pareja fuese de la misma opinión. ¿Dos locos compartiendo ideas? Sí, soy incrédula.<BR/><BR/>Las intervenciones de la vida personal de Martell en lo que acontece las haría de otra manera, mezcladas con el texto, no de forma tan evidente (y masticada). <BR/><BR/>Sin embargo, la idea del relato me gusta, que un policía descubra respuestas a sus problemas en los problemas que sufre el prójimo: “la paja en el ojo ajeno, la viga en el propio”. Creo que eso es profundo y merece la pena conservarlo, pero retocando otros detalles.<BR/><BR/>Te envidio, Pedro, te has lanzado a mucho en este relato y creo que has descubierto cosas muy interesantes.<BR/><BR/>Un abrazo!Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4250335459588168839.post-50119511493109715392009-03-01T15:46:00.000+01:002009-03-01T15:46:00.000+01:00También me ganaron y casi se ha dicho todo. Recuer...También me ganaron y casi se ha dicho todo. Recuerdo con melancolía<BR/>que mi psiquiatra me deja porque ganó el concurso como forense.<BR/>Me ha gustado el cuento.Sólo que le quitaría algunos detalles que lo<BR/>alargan innecesariamente. La identificación con el asesino-vícitima,<BR/>convence. Deja al lector la libertad para cerrarlo. No estoy segura de<BR/>que el título deba ser ese.<BR/>En cuanto al uso del gerundio podemos decir que da idea de acción<BR/>durativa y mientras indique simultaneidad, no hay problemas. De ahí en<BR/>más que decida el escritor. Me queda suelto lo del policía agresivo y<BR/>primitivo. Tal vez quiso mostrarnos que el cuerpo policial tiene<BR/>sujetos más peligrosos que el detenido, no sé.<BR/>Con una página menos estaría perfecto.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4250335459588168839.post-38685570781270927592009-02-22T14:38:00.000+01:002009-02-22T14:38:00.000+01:00Recapitulemos. Un policía es despertado en medio d...Recapitulemos. Un policía es despertado en medio de la noche por el teléfono. Un compañero le anuncia que viene a buscarle con un coche, porque es necesario en la comisaría. La entrada sirve para mostrarnos al protagonista durmiendo en el salón de su casa, en el sillón, tapado con una manta. Eso nos convence de que no se lleva bien con su mujer, que duerme en el dormitorio, como dios manda. El protagonista se llama Martell. Se ha dormido con el televisor encendido, sin voz. <BR/>Martell se hace un café y sale de casa. Pero antes nos da una pista sobre su sentimientos hacia su mujer: no quiere despertarla en medio de la noche, por lo que evita abrir la puerta de su dormitorio, de manera que se va con la misma ropa de ayer. Y siente una especie de remordimiento por no haberle dejado la cafetera preparada para cuando ella despierte. Luego no parece estar todo perdido para la pareja, piensa en lector. <BR/>Sigue otra escena breve en la que Martell es recogido por el compañero y llevado en coche a la comisaría. Empieza a amanecer muy rápidamente, o es que la ciudad es enorme. La escena del coche aporta un par de cosas: el detenido que tiene que entrevistar (Martell es psiquiatra) confiesa haber matado a su mujer. Y el protagonista sigue pensando en su mujer, cada vez que apoya la cabeza en la ventanilla de un coche. <BR/>Cuando llegan a la comisaría se encuentran con que el detenido tiene sangre en la boca, lo que sirve para retratar a un interrogador violento, con un historial de torturador. El lector se pregunta para qué (coño) necesita golpear un policía a un tipo que asegura haber matado a su mujer. Para que confiese no, porque ya lo ha hecho de entrada; como sanción menos, porque se nos caerían los palos del sombrajo con respecto a la figura de sádico que tiene el torturador. Por deporte, pues. Hum. No me parece creíble. <BR/>Luego viene una escena algo confusa, por la ausencia de dicendis; y (esto es absolutamente subjetivo) por el meollo de lo que allí se explica. El detenido asegura que hubo un pacto para matarse, porque la pareja había ya llegado al cenit de su amor, y ya sólo quedaba el declive. Bueno, bueno, la explicación es tan prolija que adivinamos una cierta aprobación en el autor de la filosofía que ahí se vierte; al menos eso se puede colegir del discurso sosegado del detenido, y del hecho de que el autor no nos muestre ningún gesto de desequilibrio. No obstante no llegamos a saber oficialmente la opinión del psiquiatra, la dará en un correo electrónico cuando llegue a casa. Sin embargo, hay una cierta proximidad entre el policía (o el narrador) y el detenido. Por ejemplo, cuando el narrador dice: «Sonaban en su cabeza ecos de la charla con Gonzalo». Parece un trato demasiado familiar o amistoso; parece poco probable que el policía llame mentalmente al detenido por su nombre, cuando repasa lo que ha hablado con él. Durante esa reflexión Martell concluye que el detenido y su mujer estaban locos, “como cencerros”, piensa. Pero no nos ha dado pruebas de ello. <BR/>El interrogatorio sirve para que el policía siga pensando en su mujer, y comparando la situación propia con la del detenido y su difunta esposa. El lector se pregunta por qué el detenido habrá confesado un asesinato que no ha cometido, y por qué ahora cambia tan fácilmente su testimonio. ¿Será que el policía malo le dio una hostia en la boca y el detenido confesó de inmediato ser un asesino? Es poco probable o, desde luego, está poco fundamentado. ¿Será que se impone como castigo la cárcel, por haber sentido debilidad en el último momento y no haberse matado con ella? Tampoco parece lógico.<BR/>Lo que atañe al policía torturador y a la confesión me parece que debe mejorarse. <BR/>Finalmente, la entrevista con el detenido sirve para algo: Martell llega a casa y le ofrece un café (la paz) a su mujer. ¿Podría obtener de la observación de una psicopatía una conclusión que le sirviera en su vida íntima? Pues parece que sí. <BR/>Bueno. Voy concluyendo:<BR/>Me gusta leer un texto largo de Pedro. Me gusta también que sea una historia policiaca. Creo (pero a mí es que me gustan las de vaqueros) que se podría o debería restar presencia al factor psicológico, íntimo del protagonista, y a la moralina que se nos desliza sutilmente. Como espectador no acabo de ver o compartir la urdimbre de esta historia; el amor que se acaba, la senectud del amor, la relación de pareja… demasiado difícil para mí. <BR/>Transcribo los garabatos que he ido poniendo sobre el papel:<BR/>Hay una cierta tendencia en Pedro a abusar de la palabra “tras”. No me gusta «Lo cogió tras tropezar». Esta estructura se repite en «tras incorporarse», «tras las primeras bocanadas de humo», «tras una mesa» y «tras sentarse tendió la mano». Lo mismo es útil retransmitir los movimientos según se producen, y no utilizar la palabra tras. <BR/>Parece una trampa del narrador la frase «no consiguieron enfocarla», aunque luego no tiene consecuencias. Lo mismo podría eliminase sin más. Inmediatamente después debe ir un punto y coma, o un punto y seguido. Algo de rango superior a una coma, desde luego, para separar el enfoque del “descuelgue”. Por cierto que los móviles no se descuelgan (no habría de dónde); sería mejor decir “aceptó la llamada”.<BR/>La frase «hablaba con desganada aceptación» me suena rara. Creo que es por la palabra “aceptación”, que es algo feíta y suena a bolero. Podría cambiarse por “aceptaba con desgana”. <BR/>Esto ya tiene que ver con gustos personales, pero mejor que decir “tosió mientras se preguntaba” sería decir: “Tosió. Se preguntaba”. Un punto y seguido tiene mucha más personalidad que un nexo de dos o tres sílabas; por otra parte, es irrelevante el hecho de que exactamente al mismo tiempo que se preguntaba le viniera la tos. <BR/>Es un poco confusa la frase «Tras incorporarse caminó hasta la cocina, el fluorescente parpadeó lento y se fijó en una luz blanca, hiriente, que rebotaba en los azulejos». Cabe hasta la duda de que Martell sea quien se fija (repara) en una luz blanca mientras el fluorescente parpadea, o es que el parpadeo del fluorescente termina en una luz blanca. Pienso que es el verbo fijar el que estorba, y el verbo rebotar el que sobresalta. Mejor afirmó/asentó y reverberaba. <BR/>«Cuando, saliendo de entre las sábanas, ella le dijo» nos da la oportunidad de matar un gerundio que produce un runrún (ando endo) y refrena el ritmo con dos comas. Mejor sería “ella salía de entre las sábanas y le dijo”.<BR/>Falta una coma en «dejarla esperando sobre la parrilla de la cocina a que ella encendiera el fuego [coma] con la misma llama que prendía el primer cigarrillo de la mañana».<BR/>Hay una brasa que quedó de un borrado en «le estuvo vetado, no ha dejó de hacerlo».<BR/>La reflexión «—Qué pronto el detalle pasó de ser un gesto romántico a una obligación (!) —murmuró irónico y con un gesto de desprecio dejó la cafetera en el mismo sitio», parece muy farragosa para decírsela uno a sí mismo. Lo normal es murmurarse cosas más condensadas, puesto que el que piensa ya conoce el sentido último de la frase. No entiendo qué función cumple en ese murmullo el paréntesis y la admiración. No entiendo, digo, cómo se administra eso. Además falta un punto y seguido antes de “Y con un gesto”. La cosa podría quedar así: <BR/>—¡Qué rápido del romanticismo a la obligación —murmuró irónico. Y con un gesto de desprecio dejó la cafetera en el mismo sitio. <BR/>De todos modos se podrían buscar sustitutos a las palabras irónico y desprecio. <BR/>No me gusta «paró su avance».<BR/>Podemos matar otro gerundio si, en lugar de decir “mirando el reloj descubrió”, se dice “al mirar el reloj descubrió”. Pero mejor que descubrió sería “supo” (más sonora, consonante, vocal, consonante, vocal. Después de todo no es un descubrimiento darse cuenta de que uno va a llegar tarde. <BR/>Me gusta la frase “Me marea leer en el coche». Es una observación muy humana. <BR/>En la sangre del detenido sobran cosas, el lector no necesita que le den todo masticado, hay que suponerle un mínimo de sagacidad. Si se nos dice que dos gotas de sangre le pintaban la boca y el dorso de la mano ya se nos ha dicho todo. Sobra lo de “al limpiarla” y “de rojo”, pues el lector ya sabe que la sangre del dorso es de limpiarse y que la sangre es roja. Pero, ojo, las dos gotas de sangre que salen del labio no pueden ser las mismas que han pintado la boca y el dorso. Serían otras. <BR/>Hay un momento en que se da el diálogo sin verbos en dicendi (“Eran pareja” y “Había alguien más”) y el lector se pierde porque no sabe quién está diciendo qué. No se debe tener miedo a decir un millón de veces “dijo”. Dijo mejor que habló. No me suena bien el verbo hablar en «Gonzalo —le habló—, tanto el micrófono que hay en la mesa». <BR/>No puede resolver una coma el salto narrativo que hay entre «con él en la boca ofreció el paquete al reo» y «como negó la invitación, lo puso encima de la mesa». Hace falta un punto y seguido o, como mínimo, un punto y coma. Por otra parte, Gonzalo (el cuento mejoraría si no tuviera nombre) no es un reo, sino un detenido. Un reo es aquel acusado que está siendo juzgado por un juez. Pero durante el interrogatorio de la policía lo que se está dilucidando es si finalmente va a ser acusado ante él. <BR/>No tiene relevancia saber que el psiquiatra exhala el humo hacia la izquierda. Izquierda o derecha es lo mismo para nosotros, porque no se nos ha dado un croquis de la situación de los personajes. Los datos inútiles estorban o sugieren que no se nos han dibujado bien la escena. Baste decir que evitó echarle el humo al detenido. <BR/>En una ocasión hay puntos suspensivos, al final de los cuales, y antes de encontrar la palabra que se busca, se pone una coma. No entiendo para qué. «Es tan…, convencional». No sé qué pinta ahí la coma, si la frase, en caso de no haber dudado, sería «Es tan convencional». <BR/>El párrafo que comienza con «Gonzalo cogió el paquete de tabaco» creo que merece ser escrito de nuevo. Hay un salto abrupto cuando se zanja con «Acabó el juego», y luego un detalle blandengue a base de hoyuelos y llanto. <BR/>También es abrupto, pero mucho más, el momento en que el narrador se desentiende del interrogatorio y lo corta diciendo «Se despidió de Emilio», inmediatamente después de que el detenido dijera «tuve mucho miedo». Merece la pena meter ahí un párrafo más o menos largo de preparación, una descripción o una reflexión, algo que no rompa de un modo tan descarnado con el diálogo precedente, sobre todo cuando en ese diálogo hay un tipo que está mostrándose íntimo. <BR/>Y ya, me parece que he resultado muy pesado. Llevo un buen rato escribiendo. En resumen yo diría que me gusta cuando escribes en tercera, un cuento largo como éste, y cuando aparece un paisaje poco habitual en nuestras vidas. Pero me gustaría que fueras menos introspectivo y más epidérmico. Que sugirieras más con los detalles que con las palabras. Muy bien, en cualquier caso, me ha gustado leer tu cuento.Anonymousnoreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4250335459588168839.post-3975658344547417182009-02-22T09:47:00.000+01:002009-02-22T09:47:00.000+01:00Como Norberto, pienso que Pedro escribe muy bien, ...Como Norberto, pienso que Pedro escribe muy bien, es siempre un placer leer sus cuentos.<BR/>Me atrevo a señalarle una repetición (ella) que tal vez pueda obviarse sin que se modifique el texto en si:<BR/>...perdió la batalla con el miedo a enfrentarse a ella, a su silencio, a sospechar que ella le estuviera mirando mientras rebuscaba en el armario.<BR/>Coincido nuevamente con Norberto cuando opina sobre la justicia en nuestro país, es tan lenta que se convierte en injusticia.<BR/>Por lo demás, creo que el personaje está muy bien logrado, marca los miedos masculinos a la rutina de la convivencia y a la supuesta rivalidad con los hijos. La decisión del final es digna de imitar ¿no?MIRTAhttps://www.blogger.com/profile/05314138933349816657noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-4250335459588168839.post-11121674110503401802009-02-21T21:21:00.000+01:002009-02-21T21:21:00.000+01:00El cuento está bien escrito, bien desarrollado, es...El cuento está bien escrito, bien desarrollado, es bastante claro en todo su recorrido. Cumple con el tema propuesto. <BR/>Un psiquiatra forense que tiene problemas con su pareja, se va de madrugada sin dejarle preparado el café, la entrevista con un detenido que ha matado a su mujer, las razones que le plantea el hombre sobre por qué la ha matado lo hacen recapacitar, regresa rápido a su casa, donde aún no se ha despertado ella, prepara el café, y va a despertarla. <BR/>Sigo pensando que Pedro cada vez escribe mejor. <BR/>Nada más me chocan algunas cosas, que bien puede ser por razones de geografía, tal vez en España los manejos policiales y judiciales se lleven a cabo de la manera descripta en el relato, si me dejo llevar por los procedimientos locales, no me resultan para nada creíbles. <BR/>Y algo que queda también poco convincente, son las razones del psiquiatra sobre su mala relación con la mujer. Él ya tuvo hijos y otro matrimonio, pienso que deberían ser un poco más complicadoas, no tan lineales, sus actuales motivos. <BR/>Marco algo más sobre el texto. <BR/> <BR/>sus ojos, recién despiertos, no consiguieron enfocarla, apremiado por la insistente música descolgó ¿no se trata de un móvil? y se colocó el teléfono en la oreja <BR/> <BR/> <BR/>—¿Qué? —miró el reloj de pulsera en su muñeca izquierda— Pero si son…, estás de broma, ¿no? ¿Sabes la hora que es? <BR/>—Sí, lo sé. Son órdenes de arriba. Es un caso de violencia machista, el tío ha confesado y el juez quiere un informe psiquiátrico para dictar sentencia lo antes posible. Esto, aquí en Argentina, no es creíble para nada, los tiempos de la justicia son más lentos que el caminar de la tortuga. Los pedidos de expertos son todo un trámite que lleva su tiempo interno. <BR/> <BR/>Tosió mientras se preguntaba otra vez el porqué ¿no quedaría mejor sin el, sólo por qué? tenía que dormir en el sofá cuando discutía con Marisa. <BR/> <BR/>Las sopesó y recordó los primeros días en que vivieron juntos ¿de su convivencia?, cuando saliendo de entre las sábanas, <BR/> <BR/>que el dormitorio le estuvo vetado, no ha dejó dejado de hacerlo. <BR/> <BR/>—¿Qué mas más? <BR/> <BR/> <BR/>El resto del viaje lo pasó mirando las luces de las farolas y semáforos que perdían intensidad frente al cielo que se encendía con la aurora. Trató de situar en el calendario la última vez que se despertó junto a Marisa e hicieron el amor antes de desayunar. Ni siquiera se acordaba cuándo habían reído por última vez. <BR/> <BR/>—¿Cómo? ¡ ¿Qué tontería dices? <BR/> <BR/>Y sabe que si presenta denuncia no te cubriré más sobra. Eres un maldito hijo de puta. <BR/> <BR/>—Vamos coma, o punto Emilio es un cabrón asesino, no irás a defenderlo. Y yo soy policía, como tú. <BR/> <BR/>—Gonzalo —le habló—, tanto el micrófono que hay en la mesa como la cámara de aquella esquina están funcionando. Todo lo que hable o haga será confidencial y no se podrá utilizar contra usted. La grabación será usada por el doctor pero si quiere dejaremos de grabar. Bien ahora o, si lo desea, en cualquier momento de la entrevista. Sólo tiene que decirlo ¿Ha entendido? <BR/>Tampoco este es un procedimiento habitual por estos pagos, esta consulta debería realizarse con la intervención del abogado del acusado, de lo contrario, no tendría valor legal. <BR/> <BR/>—Yo tengo dos, pero viven con su madre. <BR/> <BR/>(Marisa quiere tener dos, niño y niña, la parejita. Es tan…, convencional.) <BR/>Aquí, al usar la bastardilla, sobran los paréntesis <BR/> <BR/> <BR/>—Son las distintas etapas de una relación, pero mirándolas por el lado menos atractivo. <BR/> <BR/>(No me estás diciendo nada nuevo.) lo mismo <BR/> <BR/>No hay nada absoluto y todo se mide por sus opuestos. La felicidad por la desdicha, la alegría por el llanto, el ruido por el silencio. Marisa quiere tener hijos, se decía, y él no estaba preparado. Esa era su razón para rechazarlos. Siento que la excusa planteada es poco convincente, tal vez convendría reforzarla con otras ideasAnonymousnoreply@blogger.com