A finales del año pasado, durante la vigesimoprimera feria internacional del cuero y el calzado
que se realizó en Buenos Aires, Argentina, se conocieron Isabel y Roberto.
"Amor a primera vista” —Parecía el inicio de una historia feliz—
Ella, una joven y encantadora dama, dedicada al negocio de la moda.
Trabajaba como representante de ventas de una firma comercial ubicada en Centroamérica, en donde residía
con sus padres. Había asistido a la feria para conocer las últimas creaciones y
relacionarse con personas vinculadas al gremio.
Roberto, era un hombre casado, padre de dos pequeños, excelente
trabajador y exitoso comerciante en la industria del calzado. Tenía su propia
marca y había logrado una buena reputación. Residía en la ciudad de Temperley,
situada a veinticinco kilómetros de Buenos Aires.