viernes, 2 de enero de 2009

El alucinante viaje del duende, la princesa y el sapo

3 comentarios:

  1. Norberto, aprovecho para dejarte mis impresiones sobre tu relato.

    Espero no sonar muy crítica, me vienen antes a la cabeza los "peros" que los pros, así que comenzaré diciendo que tienes una fluidez envidiable y mucha imaginación. Así da gusto. Lo del duende ha sido lo mejor: ¡nunca sospeché que fuera un enano!

    Ahora los "peros":

    1.- Me cuesta creer que una tipa tan "salida" como la princesa que nos retratas haya conseguido llegar virgen a los 27 años. Antes se desvirga con un consolador, me parece a mi. Tampoco es muy creíble que, siendo su primera vez, se lo monte con dos tíos diferentes en una misma noche. Creo que las chicas funcionamos de otra manera. Puede que al día siguiente sí, pero en el momento siguiente, no. A no ser que sea una "salida", pero entonces lo de la virginidad no me cuadra. Si lo has hecho por la cualidad de "doncella " asociada a princesa, yo prescindiría.

    2.-Los dos narradores masculinos que se van alternando dan origen a confusión. Creí que se trataba de la misma persona haciendo flashback y no salí de mi error hasta la mitad del relato.

    3.- La escena final es demasiado artificial. ¿Qué hace un sapo, tan oportuno él, en ese momento y lugar? Para empezar, cumplir con el título del cuento, que no es poco, y confirmar nuestras sospechas sobre el final. Creo que podrías intentar introducirlo antes para conseguir una comicidad final que no sea tan previsible.

    Bueno, no me odies, ¿vale? Que me gusta cómo escribes...

    Rocío

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  2. Estoy vago, ¡qué le voy a hacer! No he conseguido escribir ni un solo párrafo desde que empezó el año, sólo comienzos y más comienzos.

    Por esto es que comienzo.

    El cuento de Norberto es divertido, me he reído bastante. Una vez leído el comentario de Rocío tengo poco que añadir. También tenía yo señalado aquí algo que no me parecía muy lógico en la "princesa" y su iniciación sexual. Creía, sólo por lo que me han contado, que las primeras veces de las mujeres no solían acabar con orgasmo, mucho menos si intervienen drogas y miedos, pero todo puede ser. Tampoco me convence mucho la narración a dos bandas, si no he entendido mal uno es omnisciente y el otro en primera persona. Mejor dicho, creo que narrarlo desde dos puntos de vista es buena idea, pero creo que sería mejor si todos los narradores fuesen protagonistas.

    Ahora te señalaré unas cosillas, más que nada por hacer el comentario algo más largo.



    Otro vehículo estaciona entre dos altos eucaliptus. Bajan cuatro muchachos que comienzan a caminar hacia la fiesta. Julián, el conductor, va adelante (el uso de este adverbio y no "delante", me hace ver que sólo el conductor avanza, que los otros se quedan confabulando atrás, quietos, pero un momento antes dices que caminan hacia la fiesta. No puedo decir que esté mal utilizado, pero no me gusta), los otros tres confabulan entre ellos, en voz baja para que Julián no los oiga. Julián es vergonzoso, se ve que asiste obligado, como si no estuviera tan de acuerdo con estar ahí en ese momento. Los amigos se reparten latitas de cerveza, uno coloca el diminuto cartoncito con el dibujo de un pitufo volando dentro de una de ellas, y se la da a Julián, que la bebe de un solo trago mientras ellos le ocultan sus sonrisas y gestos cómplices.



    Miguelitito. Así me llamaban en el circo donde trabajé hasta hace tres meses. Sí, ya sé que me disperso, pero usted (¿no iría aquí una coma?) ¿qué pretende?, se piensa que con todo lo que pasé esta noche voy a estar con ánimos de ser coherente, no señor, imposible, usted escuche que le voy a contar todo, pero como me venga saliendo, después lo ordenamos, ¿le parece?





    —Parece que esto promete —le dice muy entusiasmada a Mariana—, cualquier cantidad de príncipes, ni que se tratara de un palacio. (esta frase no me suena bien, puede que le sobre la coma después de "promete")



    Cuando por fin llegamos, se trataba de una fiesta en medio del campo. Una casa inmensa con un jardín y pileta y faroles clavados en el pasto y la música a todo volumen. Me llevan a una sala, me convidan con cerveza y me presentan gente. El grandote que me había contactado me dice que van a hacer una prueba, había un chico muy delgado que tenía una grabadora de video y dos reflectores. Me piden que me suba a una mesa y que baile mientras me desnudo. Yo protesté, les dije que no soy stripper y que nunca hice algo parecido. Ellos me insisten, me traen un vaso de vodka y dos minas me toman de los brazos y me incitan a bailar mientras comienzan a desvestirme. A esa altura ya me había tomado tres o cuatro vasos de cerveza y el trago largo repleto de vodka. Las dos minas estaban un montón, (no sé si es una forma de hablar, a mí me falta algo en la frase. Estaban un montón de buenas, un montón de salidas, un montón de… algo) eran rejodonas, qué quiere que le diga, no soy de madera y en lo único que podía pensar era en la montaña de dinero que me habían ofrecido y en las dos pendejas que me metían las manos por todos lados.



    Después llegaron los otros tipos. Abren el baúl y en cuanto me descubren comienzan a cagarse de risa. Que joda (¿este que no lleva acento?), se imagina, yo ahí con las manos atadas con un cable y un trapo de piso con gusto a aceite quemado metido en la boca, y los hijos de puta burlándose, denigrándome todavía más después de la escena con la gorda y el vibrador, ¿a usted le parece, agente, dígame, les tengo que hacer un juicio, no…?



    Nada más que añadir, excepto quizá que me sigue gustando tu buen hacer.

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  3. Bueno, se me ha acumulado la faena; las lecturas, los comentarios... esto tiene fácil remedio y a ello me pongo empezando con Norberto y su cuento. Escribir... llevará más tiempo.

    Norberto, tu cuento me ha hecho sonreir. Me ha recordado las películas de humor españolas tipo Ozores.
    Pero ciñéndonos al texto, corroboro lo que ya te han comentado Rocío y Pedro.

    Aunque utilizas una primera persona para relatar la historia del enano, al principio confunde.

    Lo de princesas y príncipes... me ha resultado quico aunque estoy segura que en determinados ambientes podrían expresarse así. Lo he intentado obviar durante la lectura y al llegar al sapo he entendido que lo necesitabas. Pregunto ¿realmente necesitas al sapo y a los príncipes para narrar la historia? ¿pretendías escribir un cuento cómico?
    El sapo aparece demasiado repentinamente y pensé que igual era otra cosa/persona que él veía pero que en realidad no correspondía a la realidad, como le sucede con el gnomo/enano.

    Coincido con Pedro en que no es nada habitual una mujer tenga un orgasmo en su primera relación sexual. Al contrario, si no tiene el himen roto, lo normal es que sea dolorosa.
    Yo sí puedo creerme que existan chicas vírgenes a los 27 años. De hecho conozco una con... 40! Suelen ser puritanas, o con su autoestima al nivel de la suela del zapato. Aunque afortunadamente no abundan. Tampoco me resulta creíble que eche dos polvos en una noche, que tenga un orgasmo, que esté tan colocada para hacerlo con el primero que pille pero que te describa el cuarto de las herramientas con detalle, etc.

    En fin Norberto, he disfrutado con la lectura del cuento como imagino habrás disfrutado escribiéndolo.

    Un abrazo,
    Montse Villares

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