domingo, 4 de marzo de 2012

Quinto capítulo


por Hernán

el domingo pasado terminé de leerle el quinto capítulo. ya para entonces tuve mejor desarrollo y coherencia en la lectura; estábamos apunto de llegar al presente del tiempo cronológico. pero nos hacen falta dos o tres capítulos mas para terminar la historia; o quizás en dos capítulos mi hijo la termina,( quiero aclarar que mi hijo escribe la historia y yo la leo), pero no contaba con el cambio, con la jugada literaria que quizo hacer mi hijo; ya que no escribió el sexto capitulo, como habíamos a acordado para leerlo este domingo. lo que hizo en toda la semana, según él, fue reescribir el quinto capitulo, con nuevas ideas que desarrollaron los mismos personajes, dándole así un cambio favorable a la historia, un giro inesperado, una sorpresa al estilo de los grandes escritores. y ahora me encuentro como la primera vez que inicié esta lectura. con la mente y las paginas en blanco.

todo comenzó a sus doces años. recuerdo que llegó del colegio muy entusiasmado porque la profesora le había leído un cuento, y me dijo
- mami ya se lo que voy hacer cuando se grande; seré un escritor. 
ami me agradó la idea,siempre he creído que los escritores son personas especiales, y que están mas cerca de Dios 
- ¡que bien! le dije dándole un beso en la frente
- mami pero para ser un gran escritor tengo que leer bastantes libros, "dijo la profesora" así que quiero muchos libros, quiero una biblioteca.
no le dí gran importancia a la exageración, y lo tomé como uno mas de sus febriles caprichos.

Empecé a comprarle libros de jóvenes a mi gusto, o al gusto de los vendedores piratas que me daban recomendaciones, luego el mismo francisco ( así se llama mi hijo) me daba los títulos y los autores para comprarlos. Me agradaba comprar libros, me hacia sentir importante, como si fuera una intelectual. Hasta ahí las cosas iban bien, normales, pero cuando descubrí que se quedaba hasta altas horas de la noche en las lecturas, le llamé la atención y vigilé que después de la diez las luces de su cuarto permanecieran apagadas. sin embargo, una noche que por casualidad no había podido conciliar el sueño, y salí hacia la cocina a preparar agua de lechuga para el insomnio. escuché en su cuarto como unas voces, como si leyeran a voz media. pegué el oído a la puerta y lo escuché nitidamente. como la puerta no tenia seguro, la abrí, y al instante presioné el interruptor y encendí las luces, y ahí estaba, sentado en la cama con un libro abierto.
- ¿que haces? le pregunté sin ocultar lo desconcertada que estaba
- ¡estoy leyendo!
- ¿pero cómo? si tenias las luces apagadas
- no necesito luz para leer, todo esta en la mente

Al día siguiente hice una fogata con todos los libros que le había comprado. fue un error, porque empezó a tener divagaciones, y días después llegó la citación del colegio. el rector fue muy enfático conmigo. "francisco no podía seguir en la institución". desde entonces todo se complicó: mi trabajo, el no apoyo de mi familia y, la falta de un padre para francisco, me llevaron a recluirlo en un sanatorio. según los médicos era un caso muy extraño, aún así, habían esperanzas. pero el comportamiento de mi francisco no fue nada esperanzador; no presentó mejoría, al contrario se volvió agresivo con sus compañeros, con las enfermeras y hasta consigo mismo( trató de suicidarse), entonces hubo que aislarlo en un cuarto para no someterlo permanentemente a camisas de fuerza. el pobre no podía tener a la mano ni siquiera un lápiz, que ironía para un joven cuyo sueño era ser un escritor.

pasaron varios meses, y hasta los médicos perdieron las esperanzas. pero un día me llamaron entusiasmados que habían descubierto que las resmas de papel lo tranquilizaban, y que había dado síntomas de mejoría. y fue cierto, cuando lo vi, tenía mejor semblante, me reconoció y fue cariñoso conmigo. para mi concepto la mejoría era mayor a la que los médicos le habían diagnosticado.  
me dijo que había comenzado a escribir una novela, la cual sería un betseller, y había tanta cabalidad en sus palabras que no pude evitar contagiarme de sus sueños. sin embargo, cuando me entregó las hojas en blanco para que leyera el primer capitulo, no pude contener las lágrimas.
- ¿por qué lloras mami, qué te pasa? me preguntó
respiré profundo, sequé mis lágrimas y le respondí
- son las primeras lineas que me hacen llorar
- ¡genial mami! eso quiere decir que te impacté... voy por el camino de los buenos escritores. sigue.. sigue leyendo, pero léelo para los dos, es un buen ejercicio para corregir los errores.

la verdad fue que aquel momento pasaron mil cosas por mi cabeza y a la vez no pasó nada. me encontraba ahí con esas hojas en blanco, temblando de impotencia frente a mi hijo, y le pedí ayuda a la divina providencia; por que tenía que leerle algo, no podía defraudarlo, si no le leía, tal vez empeoraría, y era preferible tenerlo con ésta idea, a como estaba antes. el problema era que no tenia ni idea por donde empezar, entonces comencé a contarle mi historia, la mía y la de él, nuestra triste historia desde el momento en que lo conseví en mi vientre, y funcionó

Ahora que francisco ha decidido darle final a nuestra historia en el quinto capítulo, ya nos encontramos en el presente, donde él está totalmente recuperado
y yo por su puesto muy feliz. interrumpo la lectura al escuchar voces detrás de la puerta. son los médicos, hablan de francisco y de mí; por lo escucho, creo que hoy mismo me lo entregaran para llevármelo a casa. hablan de un nuevo paciente para esta habitación.

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