Este es un cuento en el que el protagonista es el narrador, o narradores, ya que habla de sí mismo en plural, nosotros dice ya casi al final, cuando empieza a definirse un poco más.
La conciencia colectiva, o el ente que habla en nombre de todos los demás, les hace una crónica a los otros personajes de cómo llegaron a la situación en la que se encuentran. No sabemos más que eso. Desconocemos los motivos por lo que lo hacen. Ni a dónde fueron los otros habitantes del pueblo que por un corto espacio de tiempo se dejaron ver. Tampoco por qué ayudaron a tejer la red que los atrapó, quizá estaban ya amaestrados, no así el payaso que, aceptando su destino, quiso ayudarles. Tal vez guardara la esperanza de escapar todavía y buscara un apoyo, o una buena acción que redimiera sus pecados.
El protagonista es ese narrador colectivo en segunda persona del plural. Ustedes dice, y a veces se dirige a cada uno por separado, Usted, Nadia; Usted, Rodrigo… y por momentos parece que estuviera a punto de convertirse en un omnisciente que nos cuenta a nosotros, los lectores, pero no, es que se ha metido en todos esos detalles y pensamientos que, a pesar de que los vieron y son de ellos, pasaron sin dejar huella. Eran tan nimios, tan inútiles, pero se los hacen ver como para mostrar su poder, para acabar con cualquier deseo de resistencia que les quedara.
Como en todos los cuentos de Norberto, tuve la necesidad de buscar ayuda para leerlo. Abrí mi pagina del diccionario y cada dos por tres buscaba esa palabra tan rara que no me sonaba de nada. Aún así, hay una que no encuentro. Mejor dicho, si le he encontrado dos significados, pero ninguno me cuadra. Es Camiche. Hay un pueblo que se llama así, y un grupo de música. ¿Te refieres a alguno de ellos? No, no lo creo.
No me creo capacitado para hacer ningún tipo de corrección. El cuento me ha gustado mucho. La segunda lectura ha sido mejor que la primera. He encontrado en esta segunda vuelta un par de cosillas.
″Nadia quiso saber el por qué del nombre del pueblo″. Ese porqué debe ir junto, el artículo lo convierte en el sustantivo sinónimo de motivo.
Hay algún pronombre personal por ahí que no lleva acento. Debí de olvidarme marcarlo porque ahora no lo encuentro. Pero estaba, seguro.
Varias frases que se me hacen difícil de entender, puede que por los giros distintos de idioma derivados de la longitud y latitud.
″porque con este calor ni se aguanta″
Cuando el payaso les avisa, la acotación del narrador dice:
″le susurró al oído, sus ojos nada más que terror a pesar del maquillaje exagerado y la roja nariz de plástico y las pestañas dibujadas en la frente″ Igual poner una coma y eliminar una conjunción.
Se me ocurre que cuando él va al baño y Nadia aprovecha para fumar es un poco raro. Ella acaba de ir al baño, es más lógico que fumara allí.
Nada más que añadir, he disfrutado de la lectura y me encanta tenerte de vuelta.
Buenas a todo el mundo, como hace mucho tiempo que no critico no me extenderé demasiado. Primero ¿Qué son camiches? ¿Flores? Segundo, el cuento crea una atmósfera monótona, aburrida, que poco poco engancha y hace que no puedas dejar de leer, por esto ¡Bravo! Luego no acabo de ver los narradores a lo largo de cuento, "ustedes" confunde a lo largo de relato y tanta confusión hace que pierdas algunos detalles que al final me hacen ver que no he entendido muy bien el tema. El payaso me recuerda a "It" de S. King, aunque bastante desdibujado, de ser un personaje de terror aquí se convierte en "alguien que pasaba por allí", creo que en cierta manera es prescindible, no veo qué puede aportar a la historia. El final me recuerda a "Darkness" una película de terror, donde los personajes tratan de huir de la oscuridad pero esta al final los engulle. Creo que la historia va por aquí pero creo que es bastante liosa podría haberse enfocado de una manera más sencilla, si bien es cierto que perdería su ritmo y belleza literaria. Cómo siempre es una opinión. Abrazos virtuales a todos
El cuento de Norberto me parece muy bueno. Diecisiete folios bien escritos que no se me han hecho largos. Claro que sólo ha merecido dos comentarios del taller. Yo sospecho que habrá entre nosotros algún lector que no ha llegado al final, porque ya se le hace cuesta arriba enfrentarse a un relato de más de cuatro folios, y porque Norberto tiene la costumbre de comenzar los cuentos in media res, con un tono de rutina, de aparente desgana, que requiere un trabajo extra al lector en los primeros párrafos; un tono como de alguien que sacude la cabeza y empieza hablar con voz suave y ronca: «Bueno, te vuelvo a repetir, no es exactamente que yo considere…»
Pero sobre todo porque, a pesar de nuestra resistencia, hay compañeros que se están contaminando de esa simplificación de la literatura que es el microcuento. Para ser más exactos, han empezado contaminándose y terminarán por ser abducidos (como autores y como lectores) por ese formato escueto, de tal manera que acabarán creyendo que es lo único existente bajo el sol, sobre todo si no leen buena literatura de tamaño convencional.
No sé qué son camiches. Lo he buscado en el diccionario y en Internet. Me parece que me pierdo algo si no sé de qué se trata.
El tema del cuento es muy clásico dentro de la mitología de Norberto: la pareja o el individuo llegan a una burbuja en la que quedan encerrados para siempre. Una narración en segunda del plural, en la que un grupo de narradores le cuentan a los dos protagonistas lo que les ha sucedido.
Hay un par de párrafos que me disgustan un poco: los que comienzan respectivamente por «Pero realmente, Rodrigo» y por «Todo esto».
Cabría preguntarse de qué vive esa gente, qué pasó con el payaso… pero imagino que eso ya es otro cuento. Me basta con decir que me ha gustado, y que es muy difícil criticar un cuento de este argentino, porque podrá gustar o no, pero la narración seguro que es impecable.
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Este es un cuento en el que el protagonista es el narrador, o narradores, ya que habla de sí mismo en plural, nosotros dice ya casi al final, cuando empieza a definirse un poco más.
ResponderEliminarLa conciencia colectiva, o el ente que habla en nombre de todos los demás, les hace una crónica a los otros personajes de cómo llegaron a la situación en la que se encuentran. No sabemos más que eso. Desconocemos los motivos por lo que lo hacen. Ni a dónde fueron los otros habitantes del pueblo que por un corto espacio de tiempo se dejaron ver. Tampoco por qué ayudaron a tejer la red que los atrapó, quizá estaban ya amaestrados, no así el payaso que, aceptando su destino, quiso ayudarles. Tal vez guardara la esperanza de escapar todavía y buscara un apoyo, o una buena acción que redimiera sus pecados.
El protagonista es ese narrador colectivo en segunda persona del plural. Ustedes dice, y a veces se dirige a cada uno por separado, Usted, Nadia; Usted, Rodrigo… y por momentos parece que estuviera a punto de convertirse en un omnisciente que nos cuenta a nosotros, los lectores, pero no, es que se ha metido en todos esos detalles y pensamientos que, a pesar de que los vieron y son de ellos, pasaron sin dejar huella. Eran tan nimios, tan inútiles, pero se los hacen ver como para mostrar su poder, para acabar con cualquier deseo de resistencia que les quedara.
Como en todos los cuentos de Norberto, tuve la necesidad de buscar ayuda para leerlo. Abrí mi pagina del diccionario y cada dos por tres buscaba esa palabra tan rara que no me sonaba de nada. Aún así, hay una que no encuentro. Mejor dicho, si le he encontrado dos significados, pero ninguno me cuadra. Es Camiche. Hay un pueblo que se llama así, y un grupo de música. ¿Te refieres a alguno de ellos? No, no lo creo.
No me creo capacitado para hacer ningún tipo de corrección. El cuento me ha gustado mucho. La segunda lectura ha sido mejor que la primera. He encontrado en esta segunda vuelta un par de cosillas.
″Nadia quiso saber el por qué del nombre del pueblo″. Ese porqué debe ir junto, el artículo lo convierte en el sustantivo sinónimo de motivo.
Hay algún pronombre personal por ahí que no lleva acento. Debí de olvidarme marcarlo porque ahora no lo encuentro. Pero estaba, seguro.
Varias frases que se me hacen difícil de entender, puede que por los giros distintos de idioma derivados de la longitud y latitud.
″porque con este calor ni se aguanta″
Cuando el payaso les avisa, la acotación del narrador dice:
″le susurró al oído, sus ojos nada más que terror a pesar del maquillaje exagerado y la roja nariz de plástico y las pestañas dibujadas en la frente″ Igual poner una coma y eliminar una conjunción.
Se me ocurre que cuando él va al baño y Nadia aprovecha para fumar es un poco raro. Ella acaba de ir al baño, es más lógico que fumara allí.
Nada más que añadir, he disfrutado de la lectura y me encanta tenerte de vuelta.
Un abrazo.
Buenas a todo el mundo, como hace mucho tiempo que no critico no me extenderé demasiado.
ResponderEliminarPrimero ¿Qué son camiches? ¿Flores?
Segundo, el cuento crea una atmósfera monótona, aburrida, que poco poco engancha y hace que no puedas dejar de leer, por esto ¡Bravo!
Luego no acabo de ver los narradores a lo largo de cuento, "ustedes" confunde a lo largo de relato y tanta confusión hace que pierdas algunos detalles que al final me hacen ver que no he entendido muy bien el tema.
El payaso me recuerda a "It" de S. King, aunque bastante desdibujado, de ser un personaje de terror aquí se convierte en "alguien que pasaba por allí", creo que en cierta manera es prescindible, no veo qué puede aportar a la historia.
El final me recuerda a "Darkness" una película de terror, donde los personajes tratan de huir de la oscuridad pero esta al final los engulle. Creo que la historia va por aquí pero creo que es bastante liosa podría haberse enfocado de una manera más sencilla, si bien es cierto que perdería su ritmo y belleza literaria.
Cómo siempre es una opinión.
Abrazos virtuales a todos
El cuento de Norberto me parece muy bueno. Diecisiete folios bien escritos que no se me han hecho largos. Claro que sólo ha merecido dos comentarios del taller. Yo sospecho que habrá entre nosotros algún lector que no ha llegado al final, porque ya se le hace cuesta arriba enfrentarse a un relato de más de cuatro folios, y porque Norberto tiene la costumbre de comenzar los cuentos in media res, con un tono de rutina, de aparente desgana, que requiere un trabajo extra al lector en los primeros párrafos; un tono como de alguien que sacude la cabeza y empieza hablar con voz suave y ronca: «Bueno, te vuelvo a repetir, no es exactamente que yo considere…»
ResponderEliminarPero sobre todo porque, a pesar de nuestra resistencia, hay compañeros que se están contaminando de esa simplificación de la literatura que es el microcuento. Para ser más exactos, han empezado contaminándose y terminarán por ser abducidos (como autores y como lectores) por ese formato escueto, de tal manera que acabarán creyendo que es lo único existente bajo el sol, sobre todo si no leen buena literatura de tamaño convencional.
No sé qué son camiches. Lo he buscado en el diccionario y en Internet. Me parece que me pierdo algo si no sé de qué se trata.
El tema del cuento es muy clásico dentro de la mitología de Norberto: la pareja o el individuo llegan a una burbuja en la que quedan encerrados para siempre. Una narración en segunda del plural, en la que un grupo de narradores le cuentan a los dos protagonistas lo que les ha sucedido.
Hay un par de párrafos que me disgustan un poco: los que comienzan respectivamente por «Pero realmente, Rodrigo» y por «Todo esto».
Cabría preguntarse de qué vive esa gente, qué pasó con el payaso… pero imagino que eso ya es otro cuento. Me basta con decir que me ha gustado, y que es muy difícil criticar un cuento de este argentino, porque podrá gustar o no, pero la narración seguro que es impecable.