lunes, 1 de diciembre de 2008

Geografía

Daniel

Al recobrar el sentido, con las esquirlas punzándole la carne y los oídos flagelados por un silbido tenaz, vio al Chaqueño, su compañero, convertido en un amasijo de sangre. Quiso moverse y el dolor se le hizo más intenso. Le vino a la mente la hilacha de un recuerdo enmohecido, una imagen que brotó entre los cascajos de su niñez. Soldaditos y tanques desplegados sobre la maqueta de relieves que su padre le había regalado para su cumple. De eso hacía veinte años. Sin embargo, desbordado por la lucidez ―la misma que alcanzan ciertas personas antes del gran descanso definitivo―, fue capaz de reconocer la completa geografía de aquel diminuto campo de batalla: sus caminos, cerros y trincheras. Una réplica de la gran devastación que lo rodeaba.

5 comentarios:

  1. El vocabulario empleado me hace pensar que el autor es argentino.
    La brevedad y redondez del cuento apuntan hacia Mirta como autora.
    Lo comparo con su ejercicio Cama vacía y parece partir también de una fotografía, de una imagen de la guerra. En ambos textos está la muerte presente. En éste la empequeñece hasta el punto de compararla con una maqueta para mostrarnos nuestra propia pequeñez. Breve e intenso.

    Lo de “oídos flagelados” me resulta increíble ya que por flagelar entiendo “azotar”.
    La palabra “cumple”, abreviada, desentona con el resto del texto.
    Cuando dices “cascajos de su niñez” ¿te refieres a trozos rotos? ¿a que tuvo una niñez difícil y prematura? o ¿a que ahora la recordaba fragmentada?

    Un abrazo,
    Montse Villares

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  2. Geografía. No quiero una novela, pero tampoco un párrafo. Es muy corto, apenas dice nada y sugiere poco más. Hay una batalla, y estalla una bomba. El protagonista, antes de morir, encuentra la semejanza entre el campo de batalla y una maqueta en la que jugaba a la guerra de pequeño. Ya está. Quiero más, seas quien seas.
    A pesar de que es muy corto el texto, hay unas cosas que cambiaría, no es que estén mal, es que no me gustan.
    Ya han dicho que utilizar la abreviatura “cumple” por “cumpleaños” no es buena idea. Estoy de acuerdo.
    “Sin embargo, desbordado por la lucidez —la misma que alcanzan ciertas personas antes del gran descanso definitivo—, fue capaz de reconocer la completa geografía de aquel diminuto campo de batalla:”

    La aclaración entre los guiones me parece difusa. Yo lo haría de otra forma, más o menos así:
    "Sin embargo, desbordado por la lucidez previa al descanso definitivo, fue capaz de reconocer la geografía de aquel diminuto campo de batalla."
    Quiero hacer notar que he eliminado los adjetivos "gran" y "completa", me parece que el uso en esas frases es redundante.
    Un saludo.

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  3. El cuento, brevísimo, me parece bien hecho. No me gustan los cuentos breves, me parecen un alarde, un besito, media copita de ojén. Pero hay que reconocer que este está bien hecho. Si acaso me sumo a la opinión de Montse: no me agrada la palabra "cumple" en boca del narrador. Entiendo que es un detalle tierno, que remite a la niñez, para que contraste con la desolación del campo de batalla, pero es malo que el lector haga un mohín, que le rechine una nota.

    Bueno, lo de flagelados no me parece tan mal. Es una metáfora que asimilo con daño, agresión, agobio. La entienden fácilmente quienes han sentido ese pitido que sucede a un tiro junto al oído, o a la explosión de un proyectil. Pero es verdad que hay que tener algo de cuidado cuando la elocuencia de una imagen nos invita a la truculencia: esquirlas, punzándole, carne, flagelados, amasijo, sangre, devastación. Hay ahí tres líneas en las que se podría pasar la garlopa a algún verbo. Ya sé, ya sé, hay que mostrar el producto de la batalla.

    El tema me parece bonito y misterioso, maravilloso en el sentido de mágico. El escenario diminuto de nuestros juegos de niños convertido en el paisaje de nuestra propia muerte. Me seduce el trecho imposible que conduce de uno a otro, me hace contemplar esa posibilidad con la delectación de una sonrisa contenida; me queda, sin embargo, la preocupación de que exista en todo esto una moraleja, que se nos quiera persuadir de que los juegos bélicos son malos, porque llevan a la violencia real, o la facilitan.

    Bueno, un cuento cortito pero que ha cumplido con su cometido: nos ha interesado y nos ha hecho pensar en él. Felicidades al autor o autora.

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  4. Excelente minicuento, sin pifias. Con una puntuación perfecta: es ejemplificante. Nada sobra. Este es un cuento de un argentino. (Daniel hubiera puesto cumpleaños)

    El título: exacto, inmejorable. Espejos de la memoria. Me he detenido en los adjetivos empleados por el autor: son irremplazables, necesarios, le dan a la sustancia el preciso enmarque. La intensidad de la acción y la emoción del personaje se transmiten palabra a palabra. Con tan poco, tanto.

    Breve comentario laudatorio.

    Rubén

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  5. Este relato me suena muy parecido a otro anónimo. Tan parecido que al leer ambos un par de veces estaba convencido de que –a pesar de las diferencias en el lenguaje- eran del mismo autor. Pero no, eso ya lo tengo claro.

    Pasa que son dos situaciones que se me hacen muy similares. El vuelo de la muerte y la muerte en el campo de batalla. La fugacidad de la caída, la brevedad de la escena.

    Tiene este relato un airecillo a Borges, sobre todo en la estructura. No lo digo como reproche ni hablo de plagio o algo así. Huele como, nada más una burda apreciación mía.

    Y otra apreciación viene junta con lo que me sucede con los cuentos hiperbreves, generalmente me resultan, primero: escasos ya que no estoy acostumbrado a ellos, después algo moralistas, o sentenciosos o simbólicos. Este en particular, lo percibo como el planteo de una situación, que a propósito no se resuelve, que debemos cerrar los lectores interpretando estas claves y ver qué nos pasa con los dos elementos de la comparación. Que se refieren a valores muy universales, intentando revalorizarlo con alguna inclusión de presencias actuales y cotidianas, como puede resultar un sobrenombre. En este caso, la inclusión de este sobrenombre distrae, se podría lograr lo mismo con cualquier otro elemento que desacralice la escena.

    Seguiré agregando o borrando cruces en la cuadrícula.

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