sábado, 20 de junio de 2009

Primer piso frente a la parada, aportación al ejercicio de Norberto

Mirta Leis


      — Lucía, ¿cuánto vas a quedarte en la ventana?. Nunca te cansas de espiar a los demás.
      — No, no me canso, ¿por qué no vienes a ver tú también? ¡Que linda es la niña! Porque parece una niña a pesar de los tacos…Ven, mira como gesticulan, parece que pelean ¿no? ¡Ven aquí que sé que a tú también miras cuando yo no estoy!.
      — Termina mujer, deja la ventana.
      — Él es algo gordito, seguro que no quiere caminar, por eso pelean.
      — ¿Cuándo vas a dejar de inventar historias con la gente que ves en la parada? Sería mejor que hagas algo útil. ¿Qué tal si preparas la cena?
      — Ya voy, ya voy, tú siempre rezongando. Podrías aprender del gordito, mira como la besa, parece que llegaron a un acuerdo…
      — ¡Noooooooooooooo!
      Lucía cae al piso al tiempo que se escucha un fuerte estrépito en la calle. Roberto trata de hacerla reaccionar sin importarle el ruido que se escucha afuera. Segundos después, abre los ojos y grita:— ¡pobrecitos!— Entre sollozos le cuenta a Roberto cómo vio venir el auto hacia los jóvenes.
      — Pero ¿los chocó? ¿Tú lo viste?¡Habla mujer!
      — No Roberto, tú lo sabes, yo sólo miro y cuento cosas lindas.

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