lunes, 18 de julio de 2011

La traición que no fue (ejercicio)


por Susana Burgos 
En el cuarto en penumbras, mordía su dolor… su tristeza sin límites, su desazón hecha angustia. La música de un tango la hundía más en la desesperanza… era lejano, pero podía tararearlo de todos modos. No impedía la tormenta, con su viento helado,  apagar la furia que se apoderaba de ella.
No lograba que su corazón, cautivo de ese amor, aceptara aquella cruda verdad… sin embargo era así, aunque ella no lo creyera del todo. 
Su amante, el amor de su vida, la engañaba nada menos que con su hermana.  Si no lo hubiese comprobado con sus propios ojos diría que son inventos de la gente… pero no le cabían dudas.
Aquella misma tarde ella los vio tomados de la mano, en la plaza que tantas veces a ella le prometiera siempre estar juntos hasta la muerte, hasta el final de los tiempos.  Había hecho pedazos todas sus promesas y con ello rompió también su corazón helado.  De pronto notó que su corazón no latía ya… estaba literalmente helado.  El desamor la inundó y solo ganas de venganza y furia tuvieron lugar en su interior.
Fue en ese mismo momento que los escuchó reír, los vio acercándose al cuarto despreocupadamente, diría que hasta sin culpas. Los vio claramente, cuando el fuego de la chimenea encendida los iluminó al pasar… los vio nítidamente cuando entraban al cuarto y un relámpago volvió a encender sus siluetas. ¿Cómo podía ser que no sintieran el más mínimo remordimiento?… ¿Cómo podía ser que su hermana que tanto quería pudiera traicionarla de este modo?
Ella sonreía dulcemente…. él la miraba como solo él miraba, con inocente picardía que la verdad de inocente no tenía nada… ¡él era culpable!... pero parecía no saberlo.  Todo era muy raro. Otro relámpago rompió la oscuridad y ella entonces, por primera vez en mucho tiempo… se vio en el espejo… y en ese mismo momento comprendió lo inexplicable.
Lentamente entonces, avanzó hacia él y se zambulló en el cristal… ella no pertenecía a este mundo. Caminó hacia donde la llevaba el espejo y dejó de este lado su angustia… su amor.

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