domingo, 31 de julio de 2011

El fogón

Descargar cuento                                                                                                 Roberto Carreño

Nací el mismo día que el fuego y el maíz. Sobre una cama de troncos con muchas capas de arena se asienta una hondonada de barro. Ahí está mi corazón de brasas y llamas. Soy el fogón y, junto al grano blanco del maíz, alimento a muchos mesoamericanos. El maíz mexicano con miles de especies y variedades, puede ser, por sí, un sustento completo en sus diferentes presentaciones: como desayuno, comida, cena, bebida o postre; el nombre de sus preparaciones abarca desde la A a la Z: del atole al zacahuil.
  Empiezo mi labor antes del amanecer y del canto del gallo, preparo el maíz con cal, el nixtamal para las tortillas. Lo hiervo por algunas horas hasta que está listo para molerse; mientras, caliento el comal de barro para que salgan las tortillas suaves y esponjosas. No hay deleite más grande que degustar una tortilla recién salida del comal, con sal y salsa de chile. La tortilla se disfruta en el taco, el sope, la memela, los tlacoyos de haba o frijol, el  totopo, los panuchos, los papadzules  y las garnachas, las chalupas y las tostadas, las enchiladas y los chilaquiles, el pastel azteca con salsa verde; las quesadillas de cualquier relleno que uno imagine,  ni que decir de una tlayuda con queso oaxaqueño o un totoposte con manteca, las gordas de manteca o rellenas de chicharrón; para paladares especiales los tacos de cajeta, versión americana de las crepas. Fuera de México, las pupusas y arepas.
  La otra presentación culinaria excelsa del maíz son los tamales, la variedad de ellos es tan amplia como lugar en donde se cocinen, para nombrar unos cuantos: tamales de bola, untados con ciruela pasa y almendra, de hierbas como la acelga, la hierba santa, el chipilín y también de elote. Tamales con carne de pollo, cerdo, res, camarones, con salsas verdes, rojas, moles negro, rojo, amarillo, de rajas con queso, las corundas, los chuchitos, el tamal de boda o pibipollo, y el zacahuil para las fiestas. Los rellenos de frijol con carne salada, de piña o coco con piña, de fresa, con pasas, almendras o nuez. Se hacen tamales de cualquier guisado. El misterio del buen tamal es ponerlo sobre mis brasas hasta que reviente, es el trabajo más largo y pesado, luego molerlo varias veces hasta que queda una masa muy suave que se mezcla con grasa de cerdo, luego se envuelven en la misma hoja de maíz, el xoloche, o en hoja de plátano, luego se cuecen hasta que la masa se compacta o suavecitos como los tabasqueños.  
  Las sopas y cocidos: la sopa azteca de tortilla o la de lima, el pozole de jalisco o de colores de guerrero, el menudo norteño, la de calabaza y elote, de hongos y rajas con elote, de flor de calabaza y elote, el arroz con elote.
  No pueden faltar las bebidas, primero el atole, natural o de sabores de frutas, frío o caliente; las refrescantes como el pozol, y el tascalate; para las noches el champurrado.
  Para los dulces, las natillas con harina de maíz, los tamales dulces, las palomitas garapiñadas o saladas, el pan y pasteles de elote. Los jilotitos cocidos, los esquites y el elote hervido.
  Incluso en bebidas espirituosas: la chicha, el tezgüino o tejuino. Medicinales como el te de pelos de elote para los riñones y el te con tortilla quemada para la diarrea.
  No hay cereal en el mundo con tan variadas presentaciones. Él solo es la base de cualquier alimento, sin embargo sin mi ayuda para su preparación no se lograrían tantos manjares. Por eso, si se apagara mi fuego, y no quedara rescoldo, la gente de maíz desaparecería.



7 comentarios:

  1. Roberto, tienes toda una serie de elementos para tener un buen cuento.

    Cuando abres con un “Nací el mismo día que el fuego y el maíz…” Me dejas la sensación de que voy a leer un cuento lleno de simbolismos y casi por decirlo así, reyando en lo místico de las leyendas

    Sin embargo das un giro después de exclamar Soy el fogón transformando lo que parecía iba a ser un fabuloso cuento en un reportaje sobre la labor de un fogón y paralelo a ello, sobre aspectos culinarios de Méjico.

    No se si este escrito está fundamentado para la producción de un cortometraje pero creo firmemente que debes retomarlo y seguir la narrativa desde la voz que puede emitir el fogón sobre un acontecimiento en particular del cual él fue testigo.

    Algunos aspectos hay que dejarlos en claro. Por ejemplo cuando el fogón dice, “Empiezo mi labor antes del amanecer y del canto del gallo, preparo el maíz con cal, el nixtamal para las tortillas. En esta actividad un fogón lo que hace es cocer y no preparar…

    Concluyendo, a mi entender no estás narrando nada sino describiendo algunas bondades del maíz y otros alimentos.

    Reitero que con todos esos elementos más algunos adicionales puedes conformar un hecho literario y creo que te puede quedar muy bonito e interesante. Estimo que vale la pena intentarlo.

    Abrazos para ti

    Marcos

    ResponderEliminar
  2. Estimado Marcos:

    Tienes razón en tus observaciones, no me percaté de las diferencias.
    Como se trataba sobre el maíz, me dediqué a las delicias culinarias basadas en esa gramínea. descuidé al sujeto de la voz (el fogón).
    Lo trabajaré como narración o cuento

    Saludos

    Roberto Carreño

    ResponderEliminar
  3. He leído tu escrito y acabé con ganas de comer arepas y tortillas… ¡mmm! ¡rico!


    Tienes un buen comienzo pero acabé con la sensación de haber leído un ¿reportaje?, me he enterado de la gran variedad de platos y bocados que se pueden obtener al trabajar el maíz y luego cocinarlo, y me recordaste a la introducción o presentación que aparecen en los libros de cocina de especialidades, en este caso referido al maíz.

    Una observación: al principio el fogón es el narrador, pero luego desaparece, para volver al final. Creo que podrías seguir humanizando al fogón a lo largo de todo el relato y contarnos una historia, un cuento. Tendrías con qué.

    Un saludo, Susy

    ResponderEliminar
  4. El fogón es un texto ligero y fácil de leer pero empezaría por decir que no es un cuento. No hay una historia contada a propósito de la comida, que a mí es un tipo de narración que me encanta, sólo un listado de comidas de las que no conozco ni la cuarta parte por lo que he conseguido engancharme en ningún momento.
    Lo siento pero no puedo decir mucho más, quien conozca el sope, la memela, los tlacoyos de haba, las purpusas y otros muchos alimentos de los que hablas supongo que podrá discutirte el aspecto culinario del texto, pero respecto a lo literario no se puede decir más.

    ResponderEliminar
  5. Hola Susy:

    Agradezco tu comentario.
    Efectivamente me perdí en la voz narrativa y las delicias con el maíz.
    En realidad era para destacar los usos del maíz en México para el día internacional del maíz.
    Ahora lo trataré como cuento y no perderme en las voces.

    Un saludo

    Roberto Carreño

    ResponderEliminar
  6. El fogón es un texto ligero y fácil de leer pero empezaría por decir que no es un cuento. No hay una historia contada a propósito de la comida, que a mí es un tipo de narración que me encanta, sólo un listado de comidas de las que no conozco ni la cuarta parte por lo que he conseguido engancharme en ningún momento.
    Lo siento pero no puedo decir mucho más, quien conozca el sope, la memela, los tlacoyos de haba, las purpusas y otros muchos alimentos de los que hablas supongo que podrá discutirte el aspecto culinario del texto, pero respecto a lo literario no se puede decir más.

    ResponderEliminar
  7. Estimado Roberto,


    Es un relato difícil de asimilar, no solamente por la historia, sino por la terminología usada.


    Por otro lado, jamás imaginé haber tantos platos preparados a base del maíz; y esto que me encanta cocinar...


    Al tener dificultad con los términos usados, no he podido hacer un análisis morfológico de la estructura en relación a la historia y la ortografía, gramática y tiempo usado para relatar la historia.


    He leído dos veces, y que no te parezca mal, acabé con un empacho de tortilla y platos al maíz.


    Saludos,
    Pan

    ResponderEliminar

Redacta o pega abajo tu comentario. Luego identifícate, si lo deseas: pulsa sobre "Nombre/URL" y se desplegará un campo para que escribas tu nombre. No es necesaria ninguna contraseña.