domingo, 31 de julio de 2011

Infancia

 por Daniel
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7 comentarios:

  1. Me gustó mucho, Dani.

    Gracias por invitarme a este paseo donde no me permitiste perder detalle alguno.

    Un saludo, Susy.

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  2. Hace poco, me puse a ver la infinidad de fotos que guardo tanto de mi niñez como de mi parte matrimonial y de alguna manera sentí lo que recreas en tu cuento rDani.

    Ese apego a las cosas del pasado, reflejan para algunos de nosotros, volver a reverdecer y a llenar nuestro espíritu con aquellas cosas, pocas o muchas, que de alguna manera nos hicieron felices.

    Creo que aunque intangibles, los recuerdos tienen una fuerza revitalizadora que nos permite volver a empezar con empeño muchas fenas y tú de manera sencilla y diáfana has conseguido plasmar en tu relato ese sentimiento. Si muchos se permitieran volver a ser niños o jóvenes mentalmente, el mundo fuera más feliz.

    Me gustó mucho Daniel

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  3. Hola, Daniel.

    Empecé a leer tu relato y tengo que reconocer que tras algunos párrafos seguía sin reconocerte. Y seguí leyendo convenciéndome de que si lo habías escrito tú tendría que mejorar, que tener una sorpresa o algo a la vuelta de la siguiente línea. Y sí, mejora bastante; porque el principio no me gusta nada. Veo un poco de desorden en la presentación del protagonista y de sus razones. Tampoco le ayuda hacer la narración en presente (es un tiempo al que no le tengo yo en mucha estima).

    Veo también un montón de frases hechas o lugares comunes: “locos de contentos, país convulsionado, no cabe un alfiler…”, pero luego cambia el tono, como si la primera parte la hubiera escrito un Dani antiguo y la siguiente el Dani de ahora.

    Me acuerdo de Carlos con aquello que me dijo algunas veces de eliminar el primer párrafo escrito. Yo, por aquello de la nostalgia que me ha removido tu texto, y porque opinar es gratis, así como osada la ignorancia, te diría que eliminaras casi todo hasta que se encuentra con Remo. Pero no eliminarlo y dejarlo estar, no. Hay que reescribirlo, es necesario todo ese tiempo en el que él lucha contra el cuerpo que se queja por la edad y se deja llevar por los recuerdos, que ya no se sabe si los tiene idealizados por lo feliz que fue durante su infancia o porque en su vejez inminente le obliga a ello como un acto último de rebeldía.

    Un saludo.

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  4. Estoy frente a un cuento de Daniel; reconozco ciertas temáticas entrañables del autor: la vejez, la muerte, las casas paternas, ciertas ropas. Y me gusta el clima. Puede ser un cuento antiguo, como si dijéramos "muestra retrospectiva" de Daniel Di Leo. Y me atrae la coherencia de su producción. No veo lugares comunes, sino el diálogo y la visión de esos personajes comunes de barrio, no intelectuales, laburantes.
    Quizá me hayan gustado más otros relatos de Daniel, pero éste no desentonaría en una antología del autor.
    Cariños.

    Lila R. Daviña

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  5. Infancia es un relato que tiene, como suelen tener los de Dani, una narrativa fluida que no te saca de la lectura con errores de bulto ni finales obvios. Pero esta vez me he quedado con ganas de más.
    No sé si me sé explicar y esto de criticar es demasiado fácil para lo mucho que cuesta escribirlo. Lo cierto es que no hay un final sorprendente ni un secreto de Silvano que se descubra sólo al final del relato (yo no considero que deba haberlo siempre) pero, además, en la primera lectura sentí que el final era como una moraleja que me dice cómo debo tomarme la vejez o cómo debería comportarse un anciano. Tras una segunda lectura he cambiado de opinión: cada cuál puede sacar sus conclusiones sobre si el comportamiento del protagonista es ejemplar o irresponsable. Desde luego sí es bastante infantil, por lo que el título "Infancia" o alguna palabra referente a ella son adecuadas al cuento.
    No soy cocinero, aún estoy aprendiendo, y no sé si a este guiso le sobraba o le faltaba algo, pero al final resultó un poco soso.

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  6. Belleza de cuento Daniel. No suelo leer previamente los comentarios de los otros miembros del taller antes de leer una historia, pero aún así, no pude dejar de leer un par de palabras poco entusiastas. Yo, sin embargo, disfruté mucho de tu cuento. Creo que junto con "Riña", es lo mejor que he leído de ti.

    Ahora, yo creo que el cuento se puede mejorar, partiendo por el título. Siempre he creído que los títulos de una palabra (salvo en contadas ocasiones), reflejan fatiga creativa de la parte del autor. Yo le pondría algo como: "Una carreta desafiando al tiempo" o, "Que la muerte nos encuentre vivos" o, "La muerte nos encontró vivos". Infancia, de tan general, termina por no decir nada.

    Creo también que el cuento se alarga inútilmente en algunos pasajes, insistiendo en lo que ya está más que claro. Por otro lado los así dichos lugares comunes (que creo te han criticado eso) son muy fáciles de evitar.

    Aún cuando pueda ser un cliché sentimental, a mí me gustó tu cuento porque funciona, y porque nuestra vida está hecha de ellos. Lo que importa de un cuento es que esté bien escrito, que los símbolos elegidos hayan sido correctos y que produzcan el efecto deseado en el lector (por supuesto siempre habrá lectores a quienes nuestras historias no conmuevan). Este grandote con alma de niño a mí logró conmoverme, pude verlo y reconocerme en él.

    Felicitaciones.

    Eduarda

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  7. Hola Daniel,

    he disfrutado leyéndote. Como siempre tienes una narrativa fluida y envolvente.

    Coincido con Pedro en que el inicio es más flojo y mejora según avanza. Y con Eduarda en cuanto a la elección del título.

    Por último añado que al final no sé por qué sale corriendo. Entiendo que ha recuperado una parte de su infancia con el juego y el amigo pero... no sé, igual soy yo que no soy muy partidaria de los finales abiertos.

    Un abrazo,
    Montse

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