jueves, 1 de septiembre de 2011

Septiembre

Eduarda

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3 comentarios:

  1. Me gusta esta historia, me gustan los planteos de los cuentos de Eduarda. Considero que en este relato hay algunas cosillas que se podrían revisar.

    La narración es lineal. No se justifica el segundo párrafo, que da un salto en el tiempo e, inexplicablemente, se adelanta a los hechos cronológicos y nos cuenta algo que no sabemos cómo sabe el relator. Me llama la atención este giro, sobre todo porque no condice con la estructura, ni se repite en el resto del cuento y así queda descolgado.

    Es buena la idea de que el observador capte detalles durante el vértigo de la caída. Siento que habría que darle más desarrollo a esta escena para que impacte, así como se encuentra relatado pierde efectividad. Es el nudo de la historia, se va a volver insistir sobre ello más adelante, ganaría mucho ampliando este instante, contrastar al vértigo con esa eternidad de la visión.

    Me surge la duda sobre si está o no bien resuelto el tema del tiempo, en la escena cuando el narrador fotógrafo descubre que ella está por arrojarse.
    Sus acciones son: quitar el protector del objetivo, enfocar, disparar tres veces.
    Estoy seguro de que en modo normal no es posible realizar tres tomas antes de que el cuerpo recorra los 12 pisos. Sí sería factible en modo de disparo continuo, y con un experto fotógrafo que estuviera acostumbrado a este tipo de toma. Así tal vez se obtuvieran unas 8 o 9 fotos, de las cuales en pantalla se elegirían las tres del relato. Además entiendo que esa cantidad de 3 fotos es una cantidad mínima para lo que se va a seguir contando, no serían lo mismo una o dos.
    Por más que esta menudencia no le quite méritos al texto, me parece que quedaría mejor reescrita con ligeros retoques.

    Sin titubear entré al hotel
    Cambiaría esta frase. Entiendo que el fotógrafo entra sin titubear, respondiendo a un impulso inconsciente, me parece bien, pero vale que eso lo descubramos como lectores, y no que nos lo diga el personaje. Si nos lo dice es porque en algún momento razonó para decidir que tal cosa la hace sin titubear.

    Muy precisas las descripciones de las fotografías, y cómo encajan en el relato.
    Perfecto todo el desarrollo, el cierre.
    Me queda una pregunta, Eduarda, y viene sobre todo relacionada con el final, ¿por qué no convertir al narrador en narradora?, así le resultaría más fácil seducir a Pablo.

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  2. Eduarda:
    Como siempre me encanta leerte y aunque sea trágica, la imagen de la joven cayendo como una flor medusa es de un efecto visual muy grande. El cuento me ha parecido muy bueno, sin embargo hay detalles que te sugiero revisar. ¿Dónde estaba el fotógrafo cuando ve a Alejandra? (toda la secuencia hasta la caída) Supongo que en la vereda, cerca del hotel, pero también podría estar en un edificio o una casa enfrentada . Creo que ese dato es importante. ¿Qué lo lleva a arrancar la hoja de la ventana y llevarse un sobre y una fotografía al azar? En ese momento del relato, creo que tal actitud es poco verosímil, si él es un desconocido. Ahí hay algo que hace ruido
    Excelentes las reflexiones sobre la vida, el tiempo, etc. El narrador protagonista va obsesionándose con la imagen de la joven suicida, pero creo que falta ahondar más en esos momentos en que su obsesión se transforma en venganza contra Pablo. Están todos los ingredientes para que sea un relato excelente pero yo veo que hay que afinar algunos aspectos.
    Respecto de "lente" el género es ambiguo, sin embargo el uso aconseja femenino cuando se trata de cristales y masculino cuando se refiere a anteojos.

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  3. Un buen relato, pausado y sin prisas, que te invita a leer y querer saber cómo termina, a dónde nos lleva. A ratos me dio la sensación que era una fotógrafa la que narra la historia y no un hombre, pero por favor tómalo como una opinión muy personal y posiblemente me equivoque, al igual que en mis siguientes comentarios:

    Un hombre que por fin se enamora de un imposible, y por el mismo hecho de ser imposible es que cae en sus redes y acaba reivindicándola. Hay un detalle que tal vez no me convence y son los porqués: por qué el protagonista decide subir al piso doce del hotel, por qué entrar y sustraer efectos personales de la recién fallecida en lugar de disparar con la cámara en base a tu excelente descripción: “…soy un fotógrafo, y los fotógrafos no pensamos, presionamos el disparador.”

    “…y la dirección, correspondía a una ciudad que se hayaba a dos horas de la capital.” En este caso debiera escribirse con ll, porque es del verbo hallar.

    Un saludo y muy grato leerte, Susy

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